«Llegados al lugar
llamado "La Calavera", le crucificaron allí a él y a los dos
malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda. Jesús decía:
"Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen"... Era ya eso
de mediodía cuando, al eclipsarse el sol, hubo oscuridad sobre
toda la tierra hasta la media tarde. El velo del Santuario se
rasgó por medio y Jesús, dando un fuerte grito dijo: "Padre, en
tus manos pongo mis espíritu" y, dicho esto, expiró»
Lc 23:33-46
un Padre nuestro, diez
Ave Marias y una Gloria al Padre
Padre nuestro,
que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a
nosotros tu reino, hágase tu voluntad, en la tierra como en el
cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos
dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén
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Dios te Salve,
María, llena eres de gracia, el Señor está contigo. Bendita tú
eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre,
Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora
y en la hora de nuestra muerte. Amén(x10)
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Gloria al Padre
y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio ahora y
siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
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Jesús mío,
perdónanos; líbranos del fuego del infierno; lleva al cielo a
todas las almas y socorre especialmente a las que tienen más
necesidad de tu misericordia.